Una realidad cegada
Siempre anduve en las calles con los ojos vendados, sin poder ver una realidad, la cual estaba cegada por el alcohol, sin darme cuenta que ya había perdido todo, y cuando digo esto, me refiero a que lo primero que perdí fue a mi familia, a mi esposa e hijos. Seguidamente perdí el amor de mis padres, el cual era para mí como un apoyo que siempre tenía a mi lado, pero fue el alcohol el que se encargó de separarme de ellos. Finalmente quedándome solo, y como el único refugio que encontré fue la soledad y el abandono que ya mismo había obtenido, fui a parar a las calles. Puedo decirles que terminé como indigente, dependiendo de los contenedores de basura para obtener dinero para poder seguir comprando alcohol; y para calmar el hambre, comía de los alimentos que encontraba dentro de la basura.
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