Una realidad cegada
Septiembre / Octubre 2021 | AA en las prisiones

Una realidad cegada

El alcohol no le permitía ver cómo lo iba perdiendo todo a causa de su enfer-medad

Siempre anduve en las calles con los ojos vendados, sin poder ver una realidad, la cual estaba cegada por el alcohol, sin darme cuenta que ya había perdido todo, y cuando digo esto, me refiero a que  lo primero que perdí fue a mi familia, a mi esposa e hijos. Seguidamente perdí el amor de mis padres, el cual era para mí como un apoyo que siempre tenía a mi lado, pero fue el alcohol el que se encargó de separarme de ellos. Finalmente quedándome solo, y como el único refugio que encontré fue la soledad y el abandono que ya mismo había obtenido, fui a parar a las calles. Puedo decirles que terminé como indigente, dependiendo de los contenedores de basura para obtener dinero para poder seguir comprando alcohol; y para calmar el hambre, comía de los alimentos que encontraba dentro de la basura.

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