Septiembre / Octubre 2011
Limpiando el alma
Cuando me tomé el primer trago, descubrí que como por arte de magia yo cambiaba, se me olvidaba la realidad y mi timidez. Yo era un joven muy alegre, me gustaba bailar, estar con los amigos, enamorarme, pero necesitaba tomar licor para poder enamorar a las muchachas.
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