Noviembre / Diciembre 2020
| Accesibilidades y Comunidades Remotas
Una responsabilidad incondicional
A pesar de su incomodidad inicial, una compañera aprende el valor del altruismo de AA, como mujer y homosexual.
Llegué por primera vez a un grupo de AA un domingo en el año 2011. Recuerdo haber encontrado todo y todos muy extraños, y un hecho me incomodó un poco más que los demás: sólo había hombres. Yo, que ya estaba incómoda por haber sido, de cierta forma, presionada para asistir a esa reunión, ya empezaba a tener la certeza de que no estaba en el lugar correcto.
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