Una buena inversión

El servicio no recupera”, un comentario muy polémico, que me mencionaron con frecuencia, no sé si por hacerme enojar o sólo eran de esas personas de la Segunda Tradición llamados resentidos o sangrantes como los llaman otras personas. Empecé sirviendo café en cuanto terminé mis firmas. Me motivaron personas que compartían que la clave de la recuperación estaba en el servicio y de cómo habían cambiado sus vidas. Que había un Poder Superior que cuidaba a los servidores de AA. Que algún día podría llegar a llorar sin ese nudo en la garganta creado por el resentimiento y el odio a la vida, a las personas y a mí mismo. Que esas lágrimas brotarían sin miedo y con agradecimiento. Y lo logré después de un tiempo sirviendo.