Noviembre / Diciembre 2014

Sin resentimientos

Le dice adiós a las fiestas tristes y solitarias

Soy Juan Carlos, un alcohólico en recuperación nací en México, en el Distrito Federal y crecí en un ambiente extremadamente pobre. Yo empecé a alcoholizarme a la edad de catorce años. De inmediato mi soledad y el alcohol se transformaron en el dúo perfecto. Tuvieron que pasar dieciséis años para darme cuenta que mi inseparable amigo, el alcohol, me había dado la espalda, acabando lentamente con mi alegría.

Recuerdo que al principio todo era felicidad, durante las fiestas podía estar en todos lados, especialmente en Navidad, que era la fecha en que más me acechaba la soledad.

Y en el día de Acción de Gracias, yo tomaba para poder sentirme mejor, nunca tuve el valor de agradecerle nada a Dios. Pues siempre estaba renegando de él.

Actualmente, no tengo la necesidad de beber durante las fiestas. Asistiendo diariamente a las reuniones de mi grupo puedo asegurar que por hoy, me mantengo alejado de los lugares y de las personas que frecuentaba en mi actividad. Estoy agradecido a mi Poder Superior por darme esta oportunidad de dejar de beber. Pronto llegarán las fiestas navideñas y con ellas mis esperanzas de seguir aquí en Alcohólicos Anónimos, que junto a mi apadrinamiento, es lo que me asegura que el día de hoy no beba, ya que es lo único que me ha funcionado hasta el día de hoy.

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