Del resentimiento al amor

Nací en un pueblito del estado de Sinaloa. Soy el quinto hijo de nueve que tuvo mi madre. Para mi padre era muy difícil sostenernos, pero la vida tenía que seguir. Él era muy trabajador pero muy neurótico. Se dedicaba al desmonte con maquinaria. Un día decidió que nos mudáramos al puerto de Mazatlán, donde la vida era totalmente diferente. Desde muy pequeño empecé a ganarme la vida vendiendo por la calle periódicos, helados, porciones de coco y pescado. También lustraba zapatos y recogía pelotas de golf. Así empecé la vida, con dinero en el bolsillo. Comencé a comprarme ropa y mis cosas y a ayudar a mi madre con los gastos de la casa. Desde muy pequeño me daba cuenta del comportamiento de mi padre hacia mi madre. Tanto mis hermanos como yo empezamos a resentirnos con mi padre, por su comportamiento y su falta de amor hacia nosotros. Nunca nos acercábamos a él, porque le teníamos miedo.