La historia de un sacerdote
Soy sacerdote y soy alcohólico. Tal vez el enlace de estos dos factores sirva para demostrar el hecho de que el alcoholismo no respeta personas. Atraviesa impunemente todas las fronteras — educacionales, económicas, étnicas, éticas. Es una enfermedad que simplemente no se para en pelos en cuanto a credo, código, culto o color, porque no es una enfermedad profesional ni vocacional, sino una enfermedad que nos ataca a niveles mucho más básicos. Nos golpea a nivel de nuestra humanidad; nos hiere en nuestra condición de hombres y mujeres.
¿desea continuar leyendo?
Debes tener una suscripción a La Viña para tener el acceso completo a nuestras historias y audios.
¿Necesita ayuda con servicio al cliente?
Llame al 800-640-8781 (Español), 800-631-6025 (Inglés), 212-870-3456 (Francés)
o escriba al correo electrónico: [email protected] (Español) o [email protected] (Inglés)