Un largo camino

En mi familia, el alcoholismo es una enfermedad que viene desde mis tatarabuelos. Mi padre era un alcohólico funcional que bebía toda la noche, pero se levantaba al otro día a trabajar, como si nada.  Sin embargo, su manera de beber causaba estragos y problemas en nuestra familia. Yo misma veía cómo mi padre cambiaba de personalidad y se transformaba de un hombre amoroso y conversador en un déspota salvaje y abusivo. Cuando no bebía, era un hombre taciturno y callado. Un poco enojado y neurótico, pero no hasta el extremo que alcanzaba cuando bebía.