Apartado 1980

El muñeco y las promesas
Nací en el estado de Veracruz. Tomé por primera vez a los doce años y transité un camino de dieciocho años de alcoholismo. En el barrio, todos decían que estaba tomando mucho. Allí sólo se aprendían dos cosas: jugar fútbol y tomar camaguas. Muchas veces tuve que enfrentarme con la vergüenza de que la dueña de la tienda me dijera: “Estás muy joven para tomar”. Qué le importa a esta señora, pensaba. Muchas veces fui a jurar a las iglesias. Mi madrecita pagó con sus ahorros para llevarme a una peregrinación a Juquila, Oaxaca. Fui a la fuerza, pero cuando vi a la gente llorando con fe al salir de esa iglesia, pensé que no iba a jurar una promesa de un año, sino que iban a ser dos.