Mi oportunidad de vivir

Pasé por las puertas de Alcohólicos Anónimos a la edad de 17 años, una contradicción andante. Por fuera era la viva imagen de una adolescente rebelde, con todas las poses desafiantes que la acompañan. Por dentro, tenía tendencias suicidas, estaba ensangrentada y derrotada. Andaba con un paso decidido que denotaba una confianza que no tenía. Me vestía como una muchacha pendenciera con quien no querías meterte. Adentro estaba temblando de miedo de que alguien pudiera penetrar mis defensas y ver quien era en realidad.