Aceptando la derrota

Mi primera reunión fue en una institución en el 2012. La persona que me recibió fue el coordinador y me preguntó qué me trajo hasta aquí. Yo le dije: “Pues el policía”, y me dijo: “No fue el policía, fue Dios. Dios lo quiere mucho y por eso está aquí”, y me empezó a hablar de un Poder Superior. Me dijo: “Tienes que creer en algo superior a ti para que tú puedas recibir la ayuda que necesitas”. Me empezó a hablar del Primer Paso y de la impotencia ante el alcohol; y tuve que empezar a meditar y creer que sólo el Poder Superior me podía ayudar con mi alcoholismo.