Marzo / Abril 2018

La espera

Estaba buscando a una persona, hoy celebra y participa

Compañeros, compañeras y personas no alcohólicas, soy Socorro y soy alcohólica. Llegué a mi grupo “Valor a la vida”, el doce de marzo de 2005. Yo no pensaba quedarme, fui invitada por una persona muy querida, lo estuve esperando por un tiempo porque me prometió que regresaría, pero mi Poder Superior tenía otro propósito para mí.

Estuve esperando y esperando, pasó el tiempo. Yo no quería agarrar ningún servicio, comencé a ir a los bailes junto con otra compañera y así estuve por tres años. Empecé en mi grupo con el servicio de café y después como secretaria. Así fui haciendo los servicios dentro de mi grupo, pero un día la compañera de otro grupo me invitó a servir en un foro y acepté, después me invitaron a servir en un congreso como secretaria y es el servicio que más me ha gustado. Pero el servicio que más me motivó fue en un evento de la oficina intergrupal.

He pasado por muchos problemas familiares con mis hijos y hermanos, he pasado problemas en mi grupo con compañeros y compañeras, he sufrido la muerte de mi papá y a veces me he quedado sin trabajo, pero le he pedido al Poder Superior de Dios, como yo lo concibo, que me fortalezca para no volver a recaer en la bebida. Ha habido momentos en que me siento sola, desamparada, sin fuerzas para seguir, pero me he fortalecido siempre con un servicio, y gracias a eso, estoy ahora en la celebración del Vigésimo Aniversario de La Viña, viviendo esta hermosa experiencia.

Soy la única mujer del comité, pero me siento la consentida, porque mis compañeros me han apoyado durante este caminar. La experiencia en el comité me ha regalado muchas experiencias, buenas y malas, soy la única mujer que ha acompañado al comité en todas las visitas a las áreas. He recibido muchas críticas, pero yo le pido a mi Poder Superior que nunca me abandone y a mis compañeros les digo que no desistan, que sí se puede, que a pesar de todas las adversidades que pasamos nosotras las mujeres en AA, le echemos ganas y confiemos en Dios, nuestro Poder Superior, como yo lo concibo.

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