Doloroso recuerdo

Después de varios días de borrachera, llorando la muerte de mi tío favorito, me desperté con las emociones por el suelo. Sintiéndome el ser más despreciable de la tierra. Empecé a recordar mis borracheras y el sentimiento de culpabilidad creció, minuto tras minuto. Había cometido actos que avergonzaban a toda mi familia. Como si no hubiese sido suficiente beber durante todo el velorio y frente a todos los acompañantes, había manejado el auto en estado de ebriedad, haciendo rechinar las llantas. Sin importarme que dentro del auto la música y los gritos se podían escuchar desde muy lejos.