Marzo / Abril 2011

Sin dormir

Calmaba la vergüenza que sentía con borracheras

Hoy estoy en un taller de trabajo de La Viña y quien iba a pensar que apenas unas pocas 24 horas atrás yo estaba defendiendo mi alcoholismo a capa y espada. Porque aunque todos a mi alrededor sabían que tenía un problema, yo no lo aceptaba. Las ultimas dos semanas de mi actividad alcohólica estuve sin comer, ni dormir, puesto que en mis ganas de probar cosas que me sacaran de la soledad en que vivía, consumí y me hice adicto a otras sustancias que me llevaron a sentirme cada vez más fuera de mi realidad y cada vez más solo.

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