Lo qué me hizo feliz
Estoy convencido que mi mejor día sobrio fue en agosto de 1987. A los treinta y seis años, ingresé por mi propia cuenta en un centro de rehabilitación para alcohólicos. Mi salud era pésima, estaba a un paso de la muerte. Estuve al borde del delírium trémens cuando llegué al centro de tratamiento del Hospital de Veteranos. Me drogaron para apaciguar los efectos de la abstinencia. Mis veinte años de beber excesivamente se hacían sentir.
¿desea continuar leyendo?
Debes tener una suscripción a La Viña para tener el acceso completo a nuestras historias y audios.
¿Necesita ayuda con servicio al cliente?
Llame al 800-640-8781 (Español), 800-631-6025 (Inglés), 212-870-3456 (Francés)
o escriba al correo electrónico: [email protected] (Español) o [email protected] (Inglés)