He aprendido que hablar es la medicina que cura el temor
Estoy en la cárcel de Diboll, Tejas. Por causa del alcohol tuve un accidente y murió una persona. Después de estar aquí tres años alguien me sugirió que fuera a Alcohólicos Anónimos porque me ayudaría a obtener la libertad condicional. En el grupo me informaron que no era seguro, pero seguí asistiendo a las reuniones. Después conocí a un compañero que vino de otra prisión con más experiencia en A.A. y que por fortuna hablaba español. Me traduce las reuniones del inglés y me va animando cada vez más. Le pedí que fuera mi padrino.
¿desea continuar leyendo?
Debes tener una suscripción a La Viña para tener el acceso completo a nuestras historias y audios.
¿Necesita ayuda con servicio al cliente?
Llame al 800-640-8781 (Español), 800-631-6025 (Inglés), 212-870-3456 (Francés)
o escriba al correo electrónico: [email protected] (Español) o [email protected] (Inglés)