Enero / Febrero 2017

Sueños realizables

Poco a poco construye sus planes

Yo empecé a beber a los once años y, como todo alcohólico, me fui haciendo adicto sin darme cuenta. En 1988 vine a los Estados Unidos, sólo estuve dieciocho meses, pero mi alcoholismo aumentó. Regresé a México a ver a mi familia, a mi esposa y mis tres hijos. Pero por mi forma de vivir y de pensar, las cosas no anduvieron bien. No tuve la capacidad de analizar mi problema, por lo tanto seguí bebiendo para vivir y viviendo para beber. Los últimos cuatro y cinco años de mi actividad alcohólica llegué al alcoholismo crónico. Hoy sé que soló por la gracia de mi Poder Superior, llegué a un grupo de AA en Tlaxcala, México. Eso sucedió en 1993 y hasta el día de hoy no bebo. Tres años después, debido a las consecuencias de mi historial de alcoholismo, la situación económica se hizo insostenible. Regresé a los Estados Unidos con poca sobriedad pero con la mejor disposición de seguir sin beber. Tardé unos dos o tres meses para integrarme a un grupo. Las cosas poco a poco se van dando. Hoy ya sé que le debo pedir a mi Poder Superior para tener la humildad suficiente que me permita seguir recibiendo al nuevo, sirviendo una taza de café o desempeñando algún servicio. Hoy soy secretario del comité de La Viña de mi distrito. En Alcohólicos Anónimos hay muchas cosas que hacer para no beber. Yo espero regresar algún día a Tlaxcala, México. Pero sobrio.

¿desea continuar leyendo?

Debes tener una suscripción a La Viña para tener el acceso completo a nuestras historias y audios.

inicia sesión Renovar Suscríbete

¿Necesita ayuda con servicio al cliente?

Llame al 800-640-8781 (Español), 800-631-6025 (Inglés), 212-870-3456 (Francés)
o escriba al correo electrónico: [email protected] (Español) o [email protected] (Inglés)

¿tienes algo que quisieras compartir con nosotros?

¡Queremos escuchar tu historia! ¡Envíanos tu historia o foto y esta podría ser publicada en una próxima edición de la revista La Viña!

comparte aquí