La última resistencia de un borracho seco
Ese domingo en particular yo llevaba sobrio unas dos semanas. O, mejor dicho, no había tomado ningún trago desde el día en que tocaba pagar los impuestos anuales, el 15 de abril. Salí de mi casa a eso de las 4:30 de la tarde con el pretexto de comprar un periódico. Lo que realmente quería hacer era encontrar una licorería abierta. Nunca había comprado alcohol los domingos, ni me había percatado que las licorerías en el estado de Nueva York no abren los domingos. Cuando compraba mis botellas, normalmente lo hacía los días de semana después del trabajo, o por la mañana antes de entrar a trabajar. Nunca iba a la misma tienda a la misma hora para comprar licor, ya que no quería que me atendiera la misma persona y que pensara que era un borracho.
¿desea continuar leyendo?
Debes tener una suscripción a La Viña para tener el acceso completo a nuestras historias y audios.
¿Necesita ayuda con servicio al cliente?
Llame al 800-640-8781 (Español), 800-631-6025 (Inglés), 212-870-3456 (Francés)
o escriba al correo electrónico: [email protected] (Español) o [email protected] (Inglés)