Un rayito de luz
Yo creía que las personas que bebían eran más fuertes y respetadas, y así quería ser yo. Me dejé guiar por las sugerencias de los amigos y empecé a beber cada día más hasta que empecé a meterme en problemas con mi familia y con la policía. Fue duro caer a la cárcel por primera vez, pero después ya no me importó volver. Estuve preso seis veces por andar tomando en la vía pública y una vez por violencia hacia mi compañera.
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